miércoles, 24 de diciembre de 2014

El apareamiento en los perros

El ritual de apareamiento del perro sigue anclado en el comportamiento de un animal de manada. La mayoría de las razas de perros están en celo dos veces al año, cuando las hembras están receptivas al apareamiento.

En la manada, quién se aparea con quién viene dictado por la estructura social, y el macho dominante rara vez permite que otros machos se apareen con hembras receptivas. Las hembras rara vez se aparean con machos desconocidos, pero con un grupo de machos dispuestos y conocidos, las hembras ovulan y se aparean con sus parejas varias veces. En las circunstancias muy poco naturales del apareamiento moderno, el propietario de la hembra a menudo la lleva hacia un macho desconocido y espera que se apareen voluntariamente, aunque lo más habitual es que no esté muy dispuesta a hacerlo. Sin embargo los machos siempre están dispuestos, el macho es un oportunista. Está sexual · mente activo todo el año y se ve atraído por el olor de cualquier hembra en celo,

La hembra es más particular: durante gran parte del año es hormonalmente inactiva, pero bajo la influencia de la producción de estrógeno dos veces al año, se siente atraída por el olor de los machos Y está psico1ógicamente lista para aparearse.

El estrógeno también estimula la liberación de los óvulos de los ovarios de Ia hembra, estos bajan por las trompas de Falopio hacia el útero, donde esperan que el esperma los fertilice.

Cuando el macho ha escogido a su pareja, el cortejo no dura mucho. La hembra huele el pene del macho y permite que este huela o lama su vulva. Si no está preparada para aparearse, simplemente se alejará. Una vez completados estos rituales, se procederá al apareamiento: Mientras que la hembra se queda quieta, el macho se monta sobre su dorso, la agarra con sus patas delanteras y empuja con la pelvis. Los movimientos pélvicos suelen durar menos de un minuto antes de que el macho eyacule.

Durante el apareamiento, una región en forma de balón en la base del pene se hincha. Esto impide que la pareja se separe, por lo que, tras el apareamiento, los perros se quedan"pegados"durante un rato. Para protegerse durante este tiempo tan comprometedor, el macho cambia de posición, dándose la espalda mutuamente con la intención de poder defenderse en caso necesario.

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