Tuberculosis
Tan grave como en el hombre, pero menos frecuente en el
perro, a menudo tiene como origen la contaminación por los bacilos de Koch
procedentes del hombre.
Síntomas:
No son extremadamente precisos. Se podrá pensar en una tuberculosis cuando se
presente un adelgazamiento anormal rebelde a cualquier tratamiento, diarreas frecuentes, toses tenaces
con expectoraciones acompañadas o no de sangre o de tendencia a hemorragias nasales. También
algunos sintomas cutaneos pueden hacer pensar en la tuberculosis, por ejemplo,
una ulceración rebelde a todo
tratamiento, o abscesos múltiples. También deberá pensarse
en ella cuando se produzca hidropesía
(ascitis). En la
tuberculosis se produce en General una reacción ganglionaria claramente
perceptible.
La temperatura se eleva muy ligeramente, de 39 a 39,5•C. El único
diagnóstico consiste en el test de la tuberculina efectuado en la cara interna
del muslo mediante inyección intradérmica de tuberculina o la prueba BCG.
Tratamiento:
Nos parece imprudente tratar una tuberculosis, en especial por su posible
contaminación. Por ello nos acogemos a menudo a las penosas reglas de la
eutanasia. Si una persona insiste y se niega, pese a nuestro consejo, a
suprimir al animal, hay que administrarle terapéuticas idénticas a las del
hombre : PAS, rimifon, ART, todo ello asociado a inyecciones diarias de
estreptomicina.
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