viernes, 20 de febrero de 2015

Diferentes tipos de regímenes para perros

Régimen del perro obeso

Si nos remitimos a la parte médica, veremos que la obesidad no es únicamente simple cuestión de alimentación. Pero, en los animales sedentarios, ciertos errores en la evaluación de la calorías de la ración y en las aportaciones de elementos nutritivos pueden entrañar una obesidad que sólo podrá corregirse con un régimen. La obesidad es más fácil de prevenir que de curar, pero si ya es demasiado tarde y nuestro perro tiene unos kilos de más, lo mejor es combinar una mayor ejercicio físico con un buen pienso para perros light, casi todas las grandes marcas como royal canin o pienso orijen tienen en sus referencias preparados especiales para estos casos.. A un animal que engorda de forma inquietante habrá que reducirle inmediatamente las grasas y los glúcidos (fécula). Se dará, pues, al animal una ración hipocalórica cuyos elementos esenciales serán carne y verdura. Esta última facilita el tránsito intestinal y no entraña transformación notable en grasa. Servirán de alimentos de lastre para que eliminen la sensación de hambre en el animal. Un animal obeso comerá sólo una vez al día, pues la experiencia demuestra que un animal que come dos veces toma un 20 % más de alimento. Es cierto que el régimen por sí solo no conseguirá curar la obesidad y que a él deberán unirse cuidados higiénicos, tales como paseos diarios bastante largos; también se impone un examen de las diversas funciones hepática y hormonal.

Alimentación del perro viejo

No sufrirá modificaciones, salvo que exista insuficiencia orgánica caracterizada (diarreas crónicas, insuficiencias hepáticas). De forma general, no sirve de nada disminuir la ración bien equilibrada de un adulto. Puede disminuirse la tasa de proteínas si el perro sufre de nefritis crónica. Pero su supresión total constituiría un grave error. Para regular el problema de la sal, deberá consultarse al veterinario, porque solamente un análisis de sangre y un recuento de la reserva alcalina permitirán saber si la sal es nociva o no en esta o aquella circunstancia. En cambio, si nos encontramos con un animal cardiaco, habrá que suprimir la sal de la alimentación, no tanto por su cloro como por su sodio. Existen en el comercio sales de régimen que en lugar de sodio contienen potasio, lo cual las hace más tolerables.


En un perro diabético debe precisarse la naturaleza de la diabetes: algunas diabetes sólo se traducen por una eliminación exagerada de orina y no por un aumento de azúcar en la sangre. En diabetes, los regímenes hipoglucídicos no conseguirán más que agravar el estado del ánimo, Por ello la mejor fórmula consiste en pedir consejo a un veterinario que, tras un análisis de sangre, establecerá un régimen en función de la glucemia.


Alimentación del operado, del herido, del convaleciente


Aparte de las operaciones de estómago e intestino, que exigen una dieta prolongada y una alimentación liquida, un animal que haya sufrido un traumatismo o una operación que hayan provocado hemorragias o pérdidas de sustancias de reserva, recibirá la alimentación prevista para los jóvenes, es decir, que será preciso darle alimentos destinados a reformar los tejidos dañados (hierro, vitamina B12, proteínas ricas, vitaminas A y D).